Era el día de Hallowen y nos estábamos preparando el disfraz y todas las cosas para la noche, porque nos íbamos a dormir al colegio.
Cuando eran las ocho de la noche nos fuimos al colegio. Cuando llegamos, se apagaron todas las luces y empezó a sonar un ruido extraño, nosotras pensamos que era una broma de los chicos pero cuando encontramos un interruptor de la luz encendimos las luces y nos dimos cuenta de que no había nadie. Entonces buscamos por todo el colegio a la gente y como no encontramos a nadie pensábamos que nos habíamos equivocado de día, pero por si acaso miramos en nuestra clase que había un calendario.
Después, de mirar vimos que no nos habíamos equivocado de día, entonces dijimos todas a la vez:
-Que raro que no haya nadie-.
Subimos a la parte de arriba del colegio y tocamos una puerta para que abrieran, si había alguien pero no había nadie parecía que los habían secuestrado, cuando ya nos íbamos la puerta que habíamos tocado se abrió sola y se oyó un lamento de alguien como si estuviera muerto y también se estaba riendo de nosotras con una risa malvada.
Nosotras estábamos asustadas, pero entramos en la habitación, buscamos un interruptor pero no había, la habitación era húmeda y muy oscura. Pero nos acordamos que teníamos una cerilla y la encendimos, cuando la encendimos nos dimos un susto de muerte porque vimos que estaban todos allí ¡pero estaban muertos!
Nos fuimos corriendo de la habitación y salimos a la puerta por donde se entra al colegio.
Estábamos tan asustadas que gritamos, nos dirigimos al patio cubierto y cuando llegamos nos esperaban toda la gente que habíamos visto que estaba muerta, nos fuimos corriendo y nos escondimos en el baño, cuando salimos estaba toda la gente esperándonos, pero resulta que no estaba muerta había sido todo un sueño.
Mis citas
Cita de Juan José Millas en El País el 19 de Noviembre de 2009
"Los vocablos no sólo contienen definiciones, también tienen sabor, textura, volumen, que las hay imposibles de tragar, como el aceite de ricino y las que entran sin sentir, como un licor dulce.
Las que curan y las que hacen daño, las que duermen y las que despiertan. Las que proporcionan inquietud y paz. Hay palabras, incluso, que matan".
"Los vocablos no sólo contienen definiciones, también tienen sabor, textura, volumen, que las hay imposibles de tragar, como el aceite de ricino y las que entran sin sentir, como un licor dulce.
Las que curan y las que hacen daño, las que duermen y las que despiertan. Las que proporcionan inquietud y paz. Hay palabras, incluso, que matan".
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