Mis citas

Cita de Juan José Millas en El País el 19 de Noviembre de 2009

"Los vocablos no sólo contienen definiciones, también tienen sabor, textura, volumen, que las hay imposibles de tragar, como el aceite de ricino y las que entran sin sentir, como un licor dulce.
Las que curan y las que hacen daño, las que duermen y las que despiertan. Las que proporcionan inquietud y paz. Hay palabras, incluso, que matan".

martes, 29 de noviembre de 2011

La competencia lectora

Definición de la competencia lectora

Al hablar de competencia lectora se busca transmitir una idea amplia de lo que significa la capacidad de leer: una idea que incluya la capacidad de reflexionar sobre lo que se lee y de usar lo escrito como herramienta para alcanzar metas individuales y sociales.

En este sentido, en 1991 la Asociación Internacional para la Evaluación de Logros Educativos [IEA] había definido la competencia lectora como la capacidad de comprender y usar las formas del lenguaje escrito requeridas por la sociedad y/o valoradas por la persona. Posteriormente, con ocasión del estudio PIRLS en el año 2001, el equipo de investigación encargado del proyecto en Desarrollo de la Lectura hizo más compleja esta definición, de manera que pudiera aplicarse a diferentes grupos de edad y, sin embargo, hiciera referencia explícita a aspectos de la experiencia de la lectura en los niños.

De este modo, en PIRLS, la Competencia Lectora se define como:

La capacidad de comprender y usar aquellas formas del lenguaje escrito requeridas por la sociedad y/o valoradas por la persona. Los lectores jóvenes están en condiciones de construir significado a partir de una diversidad de textos. Leen para aprender, para participar en comunidades de lectores, y por diversión.

Esta concepción refleja numerosas teorías acerca de la competencia lectora como un proceso constructivo e interactivo:

El significado se construye en la interacción entre el lector y el texto, dentro del contexto de una experiencia específica de lectura.

A los lectores se los considera personas que construyen activamente significado, que conocen estrategias efectivas de lectura y que saben reflexionar sobre la lectura.

Ellos tienen actitudes positivas frente a la lectura, y leen tanto para divertirse como para adquirir información.

Cada lector aporta un repertorio de habilidades, de estrategias cognitivas y metacognitivas y de conocimientos anteriores, con el propósito de elaborar el sentido de un texto.

El texto contiene cierto lenguaje y elementos estructurales, y se centra en un tema en particular.

El contexto de la situación de lectura promueve el compromiso y la motivación para leer y, a menudo, le plantea exigencias específicas al lector.