Mis citas

Cita de Juan José Millas en El País el 19 de Noviembre de 2009

"Los vocablos no sólo contienen definiciones, también tienen sabor, textura, volumen, que las hay imposibles de tragar, como el aceite de ricino y las que entran sin sentir, como un licor dulce.
Las que curan y las que hacen daño, las que duermen y las que despiertan. Las que proporcionan inquietud y paz. Hay palabras, incluso, que matan".

miércoles, 12 de abril de 2017

Cervantes y Shakespeare: Aniversario y muerte común???

Resultado de imagen de MURIERON EL MISMO AÑO SHAKESPEARE Y CERVANTES
Ave, blogueros del mundo hispano y latino!
Este mes se celebra un acontecimiento importante en el mundo de las letras hispánicas e inglesas, también: el Aniversario de la Muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare.

En todas las biografías mundiales,- o la mayoría- se sigue poniendo que ambos murieron un perfecto 23 de Abril de 1616. Pero, ¿ hasta dónde es cierto?
EN NADA. Desde nuestro humilde púlpito de la educación del latín y el mundo clásico, así como de la cultura hispana en general, vamos a explicar por qué no.

La culpa la tienen el uso de los calendarios juliano y gregoriano.
los nombres de los meses vuelve a pecar de inconsecuente: los antiguos meses de los romanos, eran: 1º, Martius, de 31 días; 2º, Aprilis, de 30; 3º, Maius, de 31; 4º Junius, de 30; 5º, Quintilis, de 31 (obsérvese que desde este mes hasta el décimo, el nombre es simplemente el del número de orden que ocupan en el calendario); el 6º, Sextilis, de 30 días; el 7º, September, de 30 días; el 8º, October, de 31 días; el 9º, November, de 30 días, y el 10º, el december, de 30 días. Más adelante se añadió un undécimo mes, el Februarius, al final del año; y finalmente el duodécimo, el Januarius, que se colocó al principio del año.Julio César unificó los diferentes usos horarios de su vasto Imperio en el año 47 a.C. Julio César se encontró ya un año dividido en 10 meses de 31 días los impares y 30 los pares, incluyendo el mes de febrero en los bisiestos, que era cuando se hacían los ajustes al calendario astronómico. En total, unos 304 días, más o menos.

Entonces Julio César decidió hacer coincidir periódicamente las estaciones y celebraciones importantes. Hizo durar los años 365 días excepto los bisiestos, de 366. Y además, añadió dos meses más al año, manteniendo los 31 días a los impares y 30 a los pares. Y todo se mantuvo igual hasta que llegó Augusto, y para no ser menos con Julio ( César ), subió al mes dedicado a su persona un día más; y para ajustar el calendario, le dejó a febrero en 28 días los no bisiestos, y en 29 los bisiestos.


En 1582 el papa Gregorio XIII promulgó el nuevo calendario, llamado Gregoriano por ser él su promotor. Habían pasado más de 1.600 años de vigencia del calendario Juliano y los pequeños desajustes se habían hecho muy ostensibles al cabo de tanto tiempo. El calendario civil se había retrasado 10 días respecto al calendario astronómico; por lo que Gregorio XIII tuvo que decretar en 1583 el salto del día 10 al 20 de diciembre. Ese año, diciembre tuvo sólo 21 días.

En esencia, la principal aportación de la reforma gregoriana consiste en que la cuenta de los años bisiestos no es rígida como en el juliano; así pues, de la regla general del bisiesto cada cuatro años, se exceptuaban los años múltiplos de 100, excepción que a su vez tenía otra excepción, la de los años múltiplos de 400, que sí eran bisiestos. La nueva norma de los años bisiestos se formuló del siguiente modo: La duración básica del año es de 365 días; pero serán bisiestos (es decir tendrán 366 días) aquellos años cuyas dos últimas cifras son divisibles por 4, exceptuando los años que expresan el número exacto del siglo (100, 200..., 800..., 1800, 1900, 2000...), de los que se exceptúan a su vez aquellos cuyo número de siglo sea divisible por 4. Asimismo se corrigió en el calendario gregoriano la duración de los meses, ya fijada básicamente en el calendario juliano.

El año bisiesto fue ya instituido por el calendario juliano, que añadía un día cada cuatro años en el mes de febrero, intercalándolo entre los días 23 y 24. Los romanos llamaban al 23 de febrero, "sexto calendas Martii" (el sexto día antes de las calendas de marzo). Al no permitir la peculiar cuenta y denominación de los días por los romanos "alargar" el mes, sólo les quedaba la opción de "repetir" un día. El día elegido para ser repetido fue el 23 de febrero, el sexto calendas, por lo que a los años en que se repetía (bis) ese día se les llamó bis-sextilis, que nos dio finalmente el nombre de bisiesto. "23-F bis" es un buen recurso mnemotécnico para recordar el origen de la palabra "bisiesto".

El Papa Gregorio XIII reunió un grupo de expertos que, después de cinco años de estudios, implantó el calendario que actualmente tenemos en vigor en la sociedad occidental, realizando las siguientes reformas al calendario juliano.

Se excluyeron diez días, disponiéndose que el 5 de octubre se contase como 15 de octubre. Se corrigió la duración del año solar, estableciéndose en 365 días, 5 horas, 49 minutos y 12 segundos. Se hizo empezar el año el 1 de enero.
Los años seculares se convirtieron en bisiestos sólo si resultaban divisibles por 400, de este modo se ganaba la fracción de un día cada cien años, que en 15 siglos había ascendido a 10 días. El nuevo calendario fue inmediatamente adoptado en todos los países católicos, pero el resto del mundo tardó en aceptarlo, siendo Rusia el último país que lo adoptó en 1918.


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