El perro sin dueño
Había una vez un pequeño cachorro llamado Boby, era un cachorro muy bonito y cariñoso. Este cachorro del que hablamos fue adoptado por una familia gallega formada por cuatro hijos y una pareja de humildes trabajadores.
El padre, Pepe, era un panadero, y su mujer, Josefina trabajaba en un matadero, pero aun así, como no daban abasto para criar a cuatro hijos muchos días dejaban de comer ellos para que sus hijos pudieran comer.
Una lluviosa y fría mañana de diciembre, Pepe tenía que ir a repartir el pan por los pueblos cercanos, ya casi había terminado y de repente en medio de la carretera apareció un enorme jabalí, y como Pepe tenía mucho sueño no le dio tiempo a reaccionar. Pepe murió en el acto.
Su viuda al enterarse de lo sucedido empezó a caer en una gran depresión, Josefina acabó suicidándose. Sus cuatro hijos se quedaron huérfanos y los recogieron los servicios sociales.
Boby consiguió escapar. Los vecinos de Luintra, el pueblo donde vivían, lo encontraron desorientado y mal herido y al darse cuenta de que era el perro del panadero, entre todos le construyeron una caseta donde Boby a día de hoy vive feliz.
(Historia basada en hechos reales).
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