De la misma forma, la publicidad es, en esencia, un arte o, más sucintamente, un compendio de artes: retórica, lírica, poética y composiciones narrativas audiovisuales provistas de estética y armonía, acompañadas del arte musical e interpretaciones artísticas.
El discurso publicitario de nuestra era se nutre del creciente gusto popular por el mito clásico y moderno. La publicidad se ha convertido en una reproducción masiva de arquetipos clásicos y modernos, estereotipos y estética mitológica. Los mitos, mediante el sustrato histórico, se han magnificado como iconografías, símbolos y representaciones de gran significación y potencia visual que regeneran y cimientan el imaginario de la sociedad y se constituyen como una herramienta clave en publicidad.
La mitología se regenera y retroalimenta mediante el discurso publicitario e influye en las tendencias consumistas.
En la publicidad también desemboca el pensamiento estético y el universo de símbolos representativos del mito, en este sentido, la publicidad siempre se ha servido del imaginario arquetípico para construir sus marcas como, por ejemplo, Nike, Artemis o Ares, las cuales adoptan el nombre de dioses clásicos y parte de su simbología, incluso su significado, como leitmotiv. Es evidente que detrás de la diosa Niké (Atenea), diosa de la victoria que la marca de calzado y ropa deportiva Nike emula, existe una importante multinacional y una filosofía de marca que, probablemente, mantendrá pocos de los valores que indujeron a las civilizaciones clásicas a creer en la diosa homérica más allá del citado simbolismo (también emulado por su logotipo) de la victoria. Pero, como sucede con Nike y otras marcas, el simbolismo y los valores que heredan del mito siembran los cimientos para la construcción del resto de imagen de marca, adaptados a los tiempos posmodernos.
Asimismo, se ha servido de modelos arquetípicos clásicos: dioses y héroes, y otras figuras clásicas que forman parte de la mitología antigua como quimeras y monstruosidades.
La publicidad no asimila o acoge llanamente el mito, pues resulta obvio que, para que éste sea fácilmente aceptado por la cultura contemporánea, debe ser adaptado.
Esta adaptación podría clasificarse en:
• el paraíso prometido: el Edén
• el ideal de la belleza perfecta: Afrodita, el arquetipo de la sensualidad
• el rejuvenecimiento y la vida eterna: Perséfone, el arquetipo de la juventud
• el heroísmo: Ulises (astucia), Héctor (defensor), Aquiles (héroe por excelencia con una debilidad)
• el poder: Zeus
• la tentación: el canto de las sirenas.
• la victoria: Atenea (Niké)
• el éxito: narciso el arquetipo de autocomplacencia e individualismo
• la rebeldía contra el orden: Perseo el arquetipo de salvador; Prometeo el arquetipo de rebelde que se sacrifica por el ser humano.
• la búsqueda de un tesoro: Jason y los argonautas y la búsqueda del vellocino de oro.
• carpe diem: Dionisio, el arquetipo de la fiesta y la alegría
• la libertad: Artemisa
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