Poetas y novelistas

Esta semana se ha escrito un artículo en la prensa española sobre la única mujer española premiada con el Cervantes, el más prestigioso de las letras hispanas. Esa mujer fue María Zambrano y lo recibió en abril de 1989.
p style="font:bold 23px/24px arial, sans-serif;letter-spacing:-0.5px;color:#333333;margin:4px 0 5px;"> Ha muerto J.D. Salinger, autor de "El guardián entre el centeno" (El Ojo Crítico)

Mi idea es escribir sobre el autor de Esencia y hermosura, José Miguel Ullán, poeta salmantino que falleció en Mayo pasado, una selección de 600 páginas de la obra de Zambrano.

Ambos, poeta y novelista me son bastante desconocidos de momento, y aunque a Ullán me une el apellido y , segun mi tio Juan José, también fallecido ya, parentesco lejano por linea de mis abuelos paternos, pues no he leido más que pequeños artículos en el mismo periódico que leí la crónica que comento: EL PAÍS.

Personalmente y pensando en el momento poético que vivimos voy a resaltar unos poemas que a mi me han llamado la atención.

yo no robé, no asesiné; fui niño
y en cambio me golpean y golpean
Gelman

de corazón a corazón
hirientes
aluvional la carta y la alianza
voy a buscarte en roca compañera
deslizando los naipes por la manga
los naipes por el pecho
los naipes por la casa
y aquel fuego de flechas sin manzanas
yo te diré
que no aguardo feliz junto al estrago
de la tormenta patria

apasionadamente cruzaremos
la frontera de tierra maniatada
mientras prevés la hora bajo las catedrales
y te arrojas al músculo
porque te llamo en nombre del andamio
porque de acumularte mi memoria repica
y aquí las decisiones
los versos apagados
narrar calladamente el olor del destino
del pájaro maldito
de las llaves sumisas
(ah el traidor rendimiento)
que descubren la cama
y amigos siempre amigos
bebedores de muerte
que decimos a todos
venid venid venid
este es el llanto

cuánta desesperanza milenaria
al trenzar el cordón bajo la encina
mientras el beso a poco
la hoguera por mañanas
letanías vigentes de joaquín
húmedas letanías
y decirte que adiós que hasta la tarde
pero con una duda
imperdonable
amada
por su sabor a no sé qué sabido
en las dolidas calles
repletas de tristeza
repletas de amargura
bofetones pacíficos

todo está caro
amor
por las esquinas
y ayer peor y qué vendrá mañana
obligado silencio sempiterno
cerca del descubrir la dentadura
la calavera en fiebre
por encima de tanto salmo al padre
nosotros no diremos el vocablo sufrido
como dice ramón
palabras anchas
y para darme cuenta
para amarte sabiéndonos con miedo
del hachazo en la espalda
rompo todo naufragio
me levanto del féretro
te tomo de la mano
rompo las prohibiciones ya previstas
o sea rompo todo
rompo a llorar a silenciar las cosas
el labio solitario
por ti y por mí
por cuantos
renunciamos a hablar del arcoiris
y desfilan amigos como félix
estimulando el grito
velozmente la red
enumerados
(mucho perdón os pido)
como quien relatara
una fila de muertos entrañables
relatada por muertos
como tú y yo
como la noche misma
como abanicos muertos
pese al miedo en la palma de la mano
el corazón la carta y la alianza

“Amor peninsular” 1965